La popular noche de Halloween ha dejado un balance de ocho toneladas de basura que han retirado 80 operarios del servicio de limpieza, y quienes han devuelto las calles a la normalidad sobre la una del mediodía según ha calculado el área de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Valencia.
Las fiestas de disfraces importadas de tierras anglosajonas, como Inglaterra o Estados Unidos, han generado más residuos que la noche en la cual los valencianos salieron a las calles en 2010 para festejar el triunfo de España y cuando se retiraron cinco toneladas en siete horas. O sea anoche en el mismo tiempo tres más pero concentrado en las calles del centro histórico mientras aquella noche estaba más repartido por la ciudad. Y además, la cantidad es también superior a la que cada día se retira después de cada ¨mascletᨠen Fallas.
Miles de jóvenes se han reunido durante la pasada noche en las calles del centro histórico dejando un rastro de basura similar al de una noche de fallas y la concentración ha tomado una notable magnitud.
Los lugares de mayor presencia de jóvenes fueron la plaza de la Virgen, la del Carmen, del Tossal, dels Furs o las calles Navellos y Blanquerías aunque el que reunió más gente y basura fue la plaza de la Reina. Los servicios sanitarios, que establecieron dos puntos de atención, atendieron a 37 personas por consumo excesivo de alcohol. El área de Sanidad puso estos medios después de estudiar la situación de años pasados por la concejala Lourdes Bernal.
La Policía Local estableció un operativo especial para tratar de reducir el consumo de alcohol en la vía pública y las molestias y la suciedad que habitualmente genera por lo que en los accesos a la plaza de la Virgen los agentes impidieron que se entrara con botellas de alcohol, según aseguraron fuentes municipales.
Los responsables políticos de Medio Ambiente, Sanidad y Policía Local, Ramón Isidro Sanchis, Lourdes Bernal y Miquel Domínguez, previeron un dispositivo vistas las consecuencias de años pasados incluidos aquellos primeros años que la fiesta tomó un gran magnitud y nada de se previó. Las medidas puestas en marcha en la noche de los disfraces ha evitado que el centro de la ciudad apareciera lleno de escombros durante toda la jornada y que quienes pasearan por las calles a primera hora se encontraran a jóvenes tumbados en mitad de las plazas, bancos o calles después de ingerir litros de alcohol.
La aglomeración de gente fue tal que los efectivos locales recurrieron a unidades de la Policía Nacional aunque no existe constancia de que se produjera reyerta ni incidente alguno.
Por su parte, los servicios sanitarios tuvieron que atender a 37 personas por exceso de consumo de alcohol. Debido a la gran afluencia de gente que se congregó en la plaza de la Reina y en su entorno, fue necesario establecer dos puntos de atención sanitaria y de recogida de las ambulancias en la plaza de Manises y en la de Cors de la Mare de Déu.
ALERTA DEL GASTO EN TIEMPOS DE CRISIS Y LAMENTA EL INCIVISMO
El concejal de Medio Ambiente, Ramón Isidro Sanchis, lamentó "el escaso civismo de los participantes en estas concentraciones, en que la gente bebe sin moderación y tiran los residuos sin importarles el rastro de suciedad que dejan¨y añadió que "Si a esto se suma que se trata de la parte histórica de Valencia, con una gran importancia patrimonial, el perjuicio para la ciudad es aún mayor". El edil ha instado a una mayor concienciación por los participantes en estas fiestas "que generan cantidades ingentes de suciedad en la ciudad" y recordó que "un dispositivo de limpieza como este supone un esfuerzo económico para las arcas municipales en un momento difícil para todos".
Miren pues. El consistorio valenciano ha tomado buena nota y contempló servicios especiales como ya hace para Carnaval. Sea pues una nota más de la importación de fiestas. Sea está una ocasión de que se han hecho bien las cosas aunque eso sí la fiesta está reñida en está ocasión con el civismo.
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